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#losmartescon2; La Colorá, una casa rural para niños y mayores

Pasar un fin de semana en el campo con amigos es uno de esos planes que siempre nos apetecen y que muchas veces vamos dejando por lo complicado que es cuadrar las agendas de todos (¡ni que fuésemos ministros!) y, en el caso de conseguir ese primer paso, además encontrar un sitio en el que quepamos, porque sí, tenemos la gran suerte de tener unos grupos de amigos bastante grandes…
Así que cuando al fin conseguimos ambas cosas, a pesar de que el tiempo no acompañó y en un principio imaginarse a 24 adultos y 26 niños compartiendo una casa puede provocar escalofríos, la verdad es que fue ¡un planazo!

Tanto que, en verano, si Dios quiere, repetimos plan, casa y compañía.  Y es que una de las claves para que resultara todo tan bien -a parte de lo buena gente que son todos 😉 – fue la casa:

Hacienda La Colorá

La verdad es que lo tenía todo; desde la situación, cerca de Córdoba para que no se hiciera pesado el viaje y por si alguien sólo podía apuntarse a pasar el día, a la distribución de las habitaciones en pequeñas casitas independientes unas de otras, repartidas por familias de forma que cada uno tenía algo de privacidad y podía organizar un poco el sueño de los niños, el uso de los cuartos de baño, etc.
Con tanta gente esa independencia facilita mucho la convivencia.

 

Además, todas las zonas comunes son muy amplias; la cocina, grande y totalmente equipada con utensilios y electrodomésticos a escala industrial, la zona de comedor con chimenea, al lado de la cocina, muy cómoda y acogedora.

Las habitaciones se distribuyen alrededor de un patio central muy grande y al otro lado del patio hay un salón enorme con distintas zonas para sentarse tranquilamente a charlar, para jugar al billar, para que los niños corrieran a pesar de la lluvia,

 

 

Y más allá de esa zona, la piscina, que fue la que nos inspiró para organizar otro fin de semana allí en verano; pistas para organizar partidillos,

 

 

y zona de columpios para los más pequeños,

 

 

Y por último los alrededores,  con un montón de sitios para ir de excursión, ver el pantano,

 

 

pasear entre los olivos,

y disfrutar de las vistas!

¡Ya tenemos gana de volver!

Por cierto que con mis amigas del colegio llevamos más de un año hablando de hacer un plan así con los niños y aún no lo hemos conseguido, grrr, a ver si al ver estas fotos os animáis 😉