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Ñam Ñam Unaporuna

De bien nacidos es ser AGRADECIDOS

Hoy venimos con resaca de un fin de semana estupendo! Como decía una de las tarjetas que les dimos al llegar a los novios, un fin de semana de primos, playa, atún y risas. ¡Y así ha sido!

 

Ha habido también viento, que nos llenó de arena nuestro plan de la primera noche, charlas lentas, de esas que nos gustan, barbacoas, farolillos de luz y, para algunos, escasez de sueño; pero volvemos con el convencimiento, una vez más, de que es una gran suerte tener un equipo de primos de edades similares y sobre todo, que nos llevemos tan bien (aunque a alguno quisieramos mandar a bucear de vez en cuando;) ).

A veces lo hablamos y no sabemos si son los caracteres, aunque somos bien diferentes unos de otros, los valores que nos han inculcado en casa, esas máximas que tantas veces nos han repetido tipo «todo es de todos», «qué feo está hablar de dinero», «a la familia hay que pasarle todo», «lo importante es la intención» (y el interior, por supuesto, 😉 ) o, incluso, los jardines interiores de tía C.; o el haber compartido veranos de pequeños en Guardamar, o simplemente buena suerte…

Suerte también con los políticos que han ido llegando para quedarse como un primo más, con los que se puede hablar de todo, comer de todo, reirnos de todo; esos que vendrían a un plan de este tipo incluso sin su respectivo Tortosa! -o al menos eso dijeron allí-.

Aunque como dijo ayer alguien, además de suerte también será que hemos sabido elegir, no? o que nosotros también somos suerte (no tanto como mirlos blancos, pero algo de suerte seremos jjj).

Por todo eso y mucho más que va más alla de lo que una aficionada puede explicar con palabras, por esa buena sensacion que se te queda en el cuerpo después de un fin de semana así, ayer al rezar con Carlitos y llegar a Qué le pides hoy al niño Jesús, yo sólo queria DARLE LAS GRACIAS.

Gracias también a todos los que lo habéis hecho posible, cada uno con sus esfuerzos que van desde buscar una casa chulísima en la que niños y mayores pudiésemos estar a gusto, hacer la compra, acordarse de los molletes, pasar un fin de semana «con los primos de tu novio/a», adaptarse a los planes, a los niños chicos, a las locuras bloggeras de alguna, a hacer la tarta preferida de otros aunque sea más trabajosa o al esfuerzo económico de los que aún se creen estudiantes, etc.

Gracias por tener sólo un deseo para hacer volar al cielo y dedicarselo a la felicidad de los novios (porque espero que todos pidiérais eso!!), de los 2 de los bañadores a rayas y también de los otros 2 a los que los km no les han permitido estar pero a los que tuvimos en mente desde que empezamos a pensar en una despedida

ITA, ITA, ITA,
FAMILIA TORTOSITA
* Os dejamos las fotos de unas galletas de mantequilla que hicimos para agradecer a varias amigas la ayuda que nos prestaron para una fiesta ¡hace ya 3 años! Por si os gusta la idea…
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Unaporuna

La emoción de un reencuentro

Últimamente tengo que viajar mucho por trabajo. Me gusta.
Ciudades diferentes, gente diferente. Pero también me cuesta. Maletas, aviones,
aeropuertos… Hoteles.

Lo mejor es saber que vas a volver. Siempre compruebo que el
billete sea de ida y vuelta. Y esa vuelta va acompañada de un reencuentro.

 
Ayer lo pensaba al bajar del avión…Me acuerdo cuando era más
pequeña y estaba de Erasmus, que cuando venía alguien a verme, me iba varias
horas antes al aeropuerto, me sentaba en “llegadas” y me pasaba todo el día
viendo los reencuentros entre las personas. Parejas
emocionadas, niños que corren para abrazar a sus padres, o amigos que llevan
tiempo sin verse. La EMOCIÓN era la misma. Algo así como el anuncio de «Vuelveeee…A casa, vuelveee…»

 
Y es que, ¿no hace ilusión volver a ver a esa persona que echaste de menos? Ese momento, en el que buscas su mirada, lo ves desde lejos y no sabes como vas a reaccionar… Incluso si lo habías preparado, ya da igual, porque son unos segundos en los que tu mente se queda en blanco, y te dejas llevar. Estos son los reencuentros más románticos 😉
 
 
Luego están otro tipo de reencuentros, entre amigas, que aunque haya pasado mucho tiempo, parece que fue ayer cuando brindabais con la última copa, por la próxima vez que os vierais.
 
O los reencuentros con tus padres, esos abrazos que siempre van acompañados de amor del bueno, de vuelta a casa, de sábanas limpias y bien planchadas, de comidas favoritas, de ese olor en la ropa que sólo consiguen las madres 😉 de ese momento en que piensas: Hogar, dulce hogar.
 
Porque sea quien sea la persona que te está esperando…Si está ahí, es por algo!
 
 
Y esa es la mejor parte de viajar, de vivir fuera, de echar de menos, de las despedidas…Saber que antes o después, llegarán los reencuentros… 
 
* Post Dedicado