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Esas personas…

Y ahora cómo escribo yo un post sobre casas bonitas si en lo único que puedo pensar hoy es en cómo se puede ser tan…………………………………………………………………………………………………………………………………..

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Buena persona

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La carta que se ha hecho viral en 2 días… La chica del bañador verde.

Antes de nada decir que le he pedido permiso a su autora para compartir su carta en nuestro  blog.

Cuando leo algo que me parece realmente bueno, me gusta saber quien hay detrás. En este caso, echando un vistazo a su Facebook, veo que me gusta mucho la filosofía y forma de educación de sus niños.  Además, algo que me llamó la atención, es que tenía (antes de ayer) más de 5.000 comentarios, y todos los había contestado.

Su carta está dando la vuelta al mundo porque creo que todas o casi todas nos hemos sentido alguna vez en nuestra vida, «La chica del bañador verde» y como bien dice su autora: «Es la trampa de la vida…cuando por fin aprendes la lección…ya has cambiado de capítulo» Una pena entender a los 30, lo que nos hubiera gustado saber a los 20…

QUERIDA CHICA DEL BAÑADOR VERDE:

Soy la mujer que está en la toalla de al lado. La que ha venido con un niño y una niña.
Primero que nada, decirte que estoy pasando un rato muy agradable junto a ti y tu grupo de amigos, en este trocito de tiempo en el que nuestros espacios se rozan y vuestras risas, vuestra conversación ‘transcendental’ y la música de vuestro equipo me invaden el aire.
¿Sabes? He alucinado un poco al darme cuenta de que no sé en qué momento de mi vida he pasado de estar ahí a estar aquí: de ser la chica a ser “la señora de al lado”, de ser la que va con los amigos a ser la que va con los niños.
Pero no te escribo por nada de eso. Te escribo porque me gustaría decirte que me he fijado en ti. Te he visto, y no he podido evitar verte.
Te he visto ser la última en quitarte la ropa.
Te he visto ponerte detrás de todo el grupo, disimuladamente, y quitarte la camiseta cuando creías que nadie te miraba. Pero yo te vi. No te miraba, pero te vi.
Te he visto sentarte en la toalla en una cuidada postura, tapando tu vientre con los brazos.
Te he visto meterte el pelo tras la oreja agachando la cabeza para alcanzarla, quizá por no mover los brazos de su estudiadísima posición casual.
Te he visto ponerte en pie para ir a bañarte y tragar saliva nerviosa por tener que esperar así, de pie, expuesta, a tu amiga, y usar una vez más tus brazos como pareo para taparte: tus estrías, tu flaccidez, tu celulitis.
Te vi agobiada por no poder taparlo todo a la vez mientras te ibas alejando del grupo tan disimuladamente como antes lo hiciste para quitarte la camiseta.
No sé si tenía algo que ver, en tu descontento contigo misma, que la amiga a quien tú esperabas se soltaba su larguísima melena sobre una espalda a la que sólo le faltaban unas alas de Victoria’s Secret. Y mientras tanto tú ahí, mirando al suelo. Buscando un escondite en ti misma, de ti misma.
Y me gustaría poder decirte tantas cosas, querida chica del bañador verde… Puede que porque yo, antes de ser la mujer que viene con los niños, he estado ahí, en tu toalla.
Me gustaría poder decirte que, en realidad, he estado en tu toalla y en la de tu amiga. He sido tú y he sido ella. Y ahora no soy ninguna de las dos –o acaso soy ambas aún- así que, si pudiera dar marcha atrás, elegiría simplemente disfrutar en lugar de preocuparme -o vanagloriarme- por cosas como en cuál de las dos toallas, la suya o la tuya, prefiero estar.
Quisiera poder decirte que he visto que llevas un libro en tu bolsa, y que cualquier vientre que ahora tenga tus dieciséis años perderá, probablemente, su tersura mucho antes de que tú pierdas la cabeza.
Me gustaría poder decirte que tienes una preciosa sonrisa, y que es una pena que estés tan ocupada en ocultarte que no te quede tiempo para sonreír más.
Me gustaría poder decirte que ese cuerpo del que pareces avergonzarte es bello sólo por ser joven. ¡Qué coño! Es bello sólo por estar vivo. Por ser envoltorio y transporte de quien en realidad eres y poder acompañarte en cuanto haces.
Me encantaría decirte que ojalá te vieras con los ojos de una mujer de treinta y pico porque quizás entonces te darías cuenta de lo mucho que mereces ser querida, incluso por ti misma.
Me gustaría poder decirte que la persona que algún día te quiera de verdad no amará a la persona que eres a pesar de tu cuerpo, sino que adorará tu cuerpo: cada curva, cada hoyito, cada línea, cada lunar. Adorará el mapa, único y precioso, que dibuja tu cuerpo y, si no lo hace, si no te ama así, entonces no merece que le ames.
Me gustaría poder decirte que –créeme, créeme, créeme- eres perfecta como eres: sublime en tu imperfección.
Pero, ¿qué te voy a decir yo, si sólo soy la mujer de al lado?
Aunque, ¿sabes qué? Que he venido con mi hija. Es la del bañador rosa, la que juega en el río y se está untando en arena. Hoy sólo le ha preocupado si el agua estaría muy fría.
A ti no te puedo decir nada, querida chica del bañador verde…
Pero todo, TODO, se lo voy a decir a ella.
Y todo, TODO, se lo diré a mi hijo también.
Porque así es como todos merecemos ser queridos.
Y así es como todos deberíamos querer.

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#losmartescon2; Mamitis o el Apego seguro de Bowlby

Y de nuevo una reflexión, porque, como tantas otras veces, me sigue sorprendiendo lo interiorizados que tenemos algunos conceptos…

(Aviso que es larga :/)

¿Cuantas veces a lo largo del día oímos o decimos -y me incluyo- frases como «tiene mucha mamitis», «está muy enmadrado», «este niño extraña mucho», «usa el pecho de chupete», etc.?

¿Cómo que usa el pecho de chupete? ¿Qué fue antes? ¿Qué es más natural? Será que usa el chupe de pecho, ¿no? Porque el chupe sólo calma el reflejo de succión pero ¿todo lo demás que aporta el pecho? En teoría el chupe se usa para sustituir al pecho cuando éste no está disponible, cuando la madre está lejos etc. No es que el chupe sea nada malo pero sinceramente, creo que el cuerpo de la madre es algo más que un trozo de goma para ellos.

Y qué significa que extraña, ¿que prefiere estar con su madre antes que con un desconocido? ¿Que llora cuando ve que su madre se va o lleva mucho rato sin aparecer?; ¿Eso nos resulta extraño? Que un niño quiera estar con quien suele pasar 20h al día o sin la que él cree que no sobreviviria porque su principal alimento lo tiene ella tiene bastante lógica desde mi punto de vista.

 

Y parece ser que mucha más gente considera normales estos comportamientos de los que en nuestran sociedad solemos hablar en tono peyorativo, así que hoy le daba vueltas a dos teorías en las que siempre pienso cuando se habla de estos temas:

Por un lado, la teoría de los 9 meses de Exterogestación, sobre la que podéis leer un poco por ejemplo aquí y que, brevemente se resume en que «los bebés humanos no se deberían separar de sus madres, ni durante la primera hora,ni en los 9 meses que siguen al parto; hoy en día se conocen los múltiples beneficios que para mamás y recién nacidos provienen de permanecer en contacto permanente. Esta etapa es decisiva para el desarrollo de su cerebro, y tiene muchísima relación con un desarrollo físico, emocional y psicológico del bebé.

Os estoy hablando de lo que conocemos como exterogestación: […] Los bebés humanos no pueden valerse por sí mismos tras su nacimiento, ni a los 2, 4, 6 meses… necesitan ser protegidos, alimentados, porteados […]  la duración del embarazo se ha reducido en los humanos hasta tal punto que cuando venimos al mundo tenemos solo un 25 por ciento de desarrollo cerebral. Algunos estudiosos en la materia consideran que la gestación debería durar más tiempo, pero la evolución ha provocado que tengamos la cabeza más grande, así que si el embarazo fuera más largo, no podría pasar por el canal vaginal. Por otra parte, desde que los homínidos nos pusimos de pie, la pelvis de las mujeres también se ha vuelto más estrecha. Todo ello justifica la duración del embarazo (37 a 42 semanas), y también la necesidad de respetar el período de exterogestación.

Así, las experiencias vividas en los primeros años de vida son claves para el desarrollo de su
cerebro. Aunque cuando sea adulto recordará muy poco de esos años, todo lo que viva y los cuidados que reciba determinarán en gran medida su vida futura.

Más allá, la ausencia de contacto hace que aumenten los niveles de cortisol (la hormona del estrés) en sangre lo que repercute negativamente en la hormona del crecimiento y en la función inmunológica.
 […]
 Cuando coges a tu bebé en brazos, estás segregando oxitocina, y esa es precisamente la hormona del amor, que está vinculada también con la lactancia; además de eso durante los primeros años de vida se produce la mayor parte del desarrollo cerebral, ¡qué mejor que proporcionar un entorno libre de estrés (por separación de la figura de apego) dando a los bebés lo que necesitan! Al llevarlos encima, facilitamos su adaptación al mundo exterior, y esto favorece la regulación de los sistemas inmaduros del recién nacido.
[…]
Si bien en muchas culturas, los bebés son porteados de forma natural, la sociedad occidental lleva
varias décadas inventando “artilugios” que permitan ‘descansar’ del bebé, como si fuera un carga. No deberíamos necesitar carritos, cunas, hamacas, moisés,… pero los utilizamos; deberíamos proporcionar contacto físico y permanente, pero en lugar de eso nos incorporamos a las 16 semanas tras el parto, aunque con mucha suerte, podemos ampliar el período con vacaciones y permiso de lactancia.»


La primera vez que me separé de Carlos tenía 8 meses y medio y aún se me encoje el corazón cuando veo su reacción al vernos volver…  Por eso, cuando digo que la primera vez que me separe de Martín más de las horas imprescindibles de trabajo lo va a pasar mal y oigo que «se espabile, le va a venir bien» me cuesta trabajo asentir con una sonrisa.

Y es que no es sólo la dependencia de la lactancia, que se puede solucionar con un buen sacaleches y un alma caritativa que le de el biberón; el pecho no sólo es alimento, es calor, es compañía, es cariño, es seguridad, es tranquilidad, es amor. Cosas que por supuesto también se pueden dar sin pecho y que son las que realmente se echan de menos.

VIDEO CARLOS?

Por otro lado, la Teoría del apego de Bowlby, que describe la dinámica de largo plazo de las relaciones entre los seres humanos. Su principio más importante declara que un recién nacido
necesita desarrollar una relación con al menos un cuidador principal para que su desarrollo social y emocional se produzca con normalidad.
Es un estudio interdisciplinario que abarca los campos de las teorías psicológicas, evolutivas y etológicas del que extraigo aquí algunos párrafos que me resultan especialmente esclarecedores:
«El sistema conductual del apego sirve para mantener o lograr una mayor proximidad a la figura
de apego. Los comportamientos pre-apego se producen en los primeros seis meses de vida. Durante la primera fase (las primeras ocho semanas), los niños sonríen, balbucean y lloran para atraer la atención de los cuidadores. Aunque los niños de esta edad aprendan a diferenciar los
cuidadores, estos comportamientos están dirigidos a cualquier persona que esté cerca. Durante la segunda fase (dos a seis meses), el bebé aumenta su capacidad para discriminar entre adultos conocidos y desconocidos, por lo que es más receptivo al cuidador; seguir y asegurarse se añaden a la gama de comportamientos. El apego claro y cierto se desarrolla en la tercera fase, de entre seis meses y dos años.
El comportamiento del bebé en relación con el cuidador se organiza sobre la base de un comportamiento intencional para lograr las condiciones que lo hagan sentirse seguro. Al final del primer año, el bebé es capaz de demostrar una serie de comportamientos de apego destinadas a mantener la proximidad. Estos se manifiestan como protesta contra la partida del cuidador, saludando a su regreso, aferrándose a él cuando se asusta y le acompañará cuando pueda.   […]

Los bebés se apegan a los adultos que son sensibles y receptivos a las relaciones sociales con
ellos, y que permanecen como cuidadores consistentes por algunos meses durante el período de cerca de seis meses a dos años de edad. Cuando el bebé comienza a gatear y caminar, empieza a utilizar las figuras de apego (personas conocidas) como una base segura para explorar más y
regresar de nuevo a ellos. La reacción de los padres lleva al desarrollo 
de patrones de apego y estos, a su vez, conducen a modelos internos de trabajo que guiarán las percepciones individuales, emociones, pensamientos y expectativas en las relaciones posteriores. La ansiedad por la separación o el dolor tras la pérdida de una figura de apego se considera una respuesta normal y adaptativa de un recién nacido apegado. Estos comportamientos pueden haber evolucionado debido a que aumentan la probabilidad de supervivencia del niño.
[…]
En los recién nacidos, la separación física puede causar ansiedad y rabia, seguida por tristeza y desesperación. A los tres o cuatro años de edad, la separación física no es más una amenaza a los
vínculos del niño con la figura de apego.»

 

Así que sí, definitivamente es que, como decía Mar, debo estar muy enhijada 😉

 

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4 de Julio

El año pasado no hubo post de aniversario porque no hubo escapada de aniversario, al menos no como tal, no con los requisitos que siempre poníamos. Un sitio nuevo, que no conociéramos, un hotel especial, los 2 solos, sin móviles, desconexión total…
El año pasado fuimos a un pueblo que ya conocíamos, que no nos encantaba, a un hotel de esos sin poesia, que diría su propio dueño, Antonio Catalan. Hicimos el viaje de ida y de vuelta acompañados (la mejor compañía, sin duda, pero que no nos dejaba hablar de nada que no sea lo que a él le interesa, que de momento suelen ser canciones infantiles, animales y herramientas. Y todo lo que va viendo por la ventana. Y galletas, y reuniones).
Ni siquiera estuvimos todo el rato solos, pero fue un fin de semana estupendo; descansamos, charlamos, fuimos a una playa solitaria, comimos pizzas, hamburguesas y muchas coquinas y casi no hicimos fotos porque tampoco había a qué.
Por eso no hicimos post.
Pero hoy estaba leyendo en IG a una chica que planeaba como sería su boda el dia que llegara, y recordaba la nuestra.
A día de hoy seguramente haría muchísimas cosas de otra manera (mi vestido, las invitaciones, los pequeños, el baile, alguna gente, cómo no, la organizacion del viaje, etc.) cosas que en su dia también habría hecho distintas, la verdad.
Pero me casé en el sitio que más ilusión podía hacerme, con una pulsera en la frente que me hace emocionarme siempre que veo alguna foto de ese día, con una mantilla que me pasé un año buscando para luego tenerla al alcance de la mano, con esos pendientes, rodeada de cariño. Fue una fiesta muy divertida, hizo mucho calor ;). Vinistéis todos los que nos queréis, incluso alguno más :/
Me casé contigo. Y qué más da el resto.

 
MUCHAS FELICIDADES

Este post llega tarde, como tantos, pero cada uno en su blog puede hacer lo que quiera, ¿no? Pues hoy para mí vuelve a ser 4 de julio. Como muchos otros días a lo largo del año…

Podéis ver otros 4 de julio aquí, aquí y aquí.

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#ayearago… La vida es una verbena, ¿bailas?

Este post lleva en borradores… ¡un año! Por si no os acordáis, el año pasado por estas fechas celebramos en casa #laverbenadelos30 y éste fue uno de los regalitos que le hicimos a la cumpleañera (además de su tarta de luces 😉 )

Por un lado el libro de Lucía Be, el lema de la fiesta,

Y por otro, El Manifiesto, también de Lucía, que presidía luego una de las mesas de la verbena…

Y para darle un poco de emoción a los regalitos, 20 envoltorios, uno por cada frase del manifiesto XD

 

 

 


La vida es una verbena,
¿bailas?

Podéis ver más fotos de aquel día aquí, aquí y aquí

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#losmartescon2; Un barquito de cáscara de nuez

Es tardísimo, no digo la hora que luego mi madre me riñe o me dice «madre mía, Marta» en bucle durante un rato, pero llevo más de hora y media buscando las fotos del cumple de Carlos, primero en el ordenador, luego en los distintos discos duros y por último, revisando cada una de las tarjetas de memoria que tengo por la casa; el ordenador de mi hermana y vuelta a empezar con los discos duros por si se me había pasado alguna carpeta. He mirado tooodas las fotos que tengo en el ordenador! Cuando ya estaba a punto de darlas por perdidas, voilà! he caído en que hago copias de seguridad periódicas y allá por febrero las he recuperado…
Total, que era lo que os pensaba enseñar hoy pero ya no son horas para ponerse a elegir entre 1.066 fotos así que nos quedamos con una manualidad facilita para cualquier mañana de playa, de esas con las que ya empezamos a soñar:

 

Un barquito, de cáscara de nuez

 

adornado, con velas de papel

 

navegar sin temor,  en el mar es lo mejor… 

 

o en una bandeja a falta de mar,

y alguien que «haga» viento 😉

Nueces, palillos de dientes, papel o alguna bolsa de plástico de colorines y un poco de plasti para hacer contrapeso,

y poco más que no quiero que me pase esto:

Hasta mañana!
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Ponte Final: Recomendación en Lisboa…

Hoy una recomendación para este verano, o para alguna escapada que hagáis a Lisboa.
PONTO FINAL: Un restaurante que está al otro lado del mar, al que se puede llegar conduciendo por el puente, o en Ferry a 10 minutos.
Nosotros cogimos el Ferry, y fuimos dando un paseo por la orilla que está muy cerquita.
Como veis, la combinación de colores amarilla y blanca forman un contraste muy veraniego con el agua del mar.
Es un sitio pequeñito, con pocas mesas y muy agradable. La comida fue espectacular. Pedimos lubina y lenguado, y de aperitivo te ponen queso típico de allí muy rico, aceitunas y una ensalada de pulpo. La relación calidad-precio está muy bien y los postres también muy recomendables.
Únicamente si vais, mejor que reservéis con antelación.
Muito Obrigado…