Categorías
Inspiración Unaporuna

Viernes = Inspiración…

 
 
La semana pasada, cuando estuve en nuestras oficinas de Galicia, un día me dijo mi jefe que no podía reírme tanto, ni tan fuerte, en la oficina claro! Al día siguiente bromeaba con mis compañeros de que llevaba un papel con temas tristes, y lo iba a leer cada rato, para intentar no reírme…y de pensarlo, me volvía a reír. Me dijeron que si los andaluces estamos siempre riéndonos o soy yo que estoy todavía en la edad del pavo…

Pues no sé que será, pero suelo pasar el 80% de mi tiempo gastando bromas, riéndome por tonterías, o intentando hacer reír a alguien. Tanto que luego cuando cuento algo en serio, nadie me cree.

El 10% restante estoy en silencio (tiempo suficiente) y el otro 10% preocupada o pensando en algo importante. Si, debe ser que pienso poco en cosas importantes…Pero creo que ya tendremos tiempo de preocuparnos y pensar en cosas importantes como lo hacen los mayores…

O mejor dicho, LOS PADRES. TODOS. 
Categorías
DIY Unaporuna

DIY Nuestro disfraz de Halloween BBB (bueno-bonito-barato)

El sábado por la noche, volviendo de cenar por ahí con amigos, @elhombremásguapodelmundo se acordó de decirme que el lunes necesitábamos un disfraz de Halloween para Carlos, así que aquí va nuestra improvisación de disfraz de domingo-con-todo-cerrado-y-amigos-a-comer-en-casa:

La primera vez no estaba muy convencido con eso de disfrazarse pero al día siguiente se levantó diciendo que quería ser un murciélago para que lo viera mamá (cuando se disfrazó yo estaba trabajando y no pude verlo)

 Mientras se vestía pensó que lo suyo era probar si las alas funcionaban…

 luego decidió que era mejor corretear con los pies en el suelo

descalzo, como los murciélagos de verdad, ¡por supuesto!

  

Hubo un momento en que lo convencí para que parase y abriese las alas:

 En estas fotos podéis apreciar mejor lo simple que es el disfraz; un par de leggings míos viejos, que estaban pidiendo a gritos que los jubilara,

 uno lo cortamos de largo y lo estrechamos un poco, para los pantalones del vampiro,

y el otro lo cortamos también de largo a la medida de los brazos y le hicimos un agujero donde se unen las costuras de las dos piernas, para meter por ahí la cabeza. A este ni siquiera hace falta meterle porque así le quedan más anchitas las mangas.
Por último, con 2 trozos de tela negra se le ponen las alas y… a volar!

 La careta de vampiro-no-muy-terrorífico la sacamos de aquí
 

 (aunque no le gustaba mucho puesta sobre la cara)

 

 No me preguntéis cómo pero logró convencerme de que los vampiros se
alimentan a base de taaarrtaa (chocolate para los humanos) y arroz
inflado:

 y por último, lo más divertido, ¡por lo visto los vampiros saltan en la cama!

 Así que ahí estuvimos el pequeño batman y yo, entretenidos media mañana con la excusa de enseñaros el disfraz 😉

Ea, pues si tenéis alguna fiesta el fin de semana y no tenéis disfraz, 
ya no hay excusa para hacerse uno en 20 minutos!

 
Categorías
Unaporuna

#losmartesconCarlos; Seguiré siendo idealista… hasta donde el miedo me deje

 Pues sí, sere utópica. O una idealista. Y pienso seguir siéndolo mientras la vida me deje, y ojalá que después también, ojalá que aunque la vida se empeñe en no dejarme, aunque sólo sea por el paso del tiempo, tenga fuerzas para seguir siéndolo…

Y cada vez que en una conversación quieran acabar mis argumentos con «es que tu eres una idealista» (leáse vives en los mundos d yupi, no te has enterado de qué va la vida, ya estás tú con tus inventos,  o cualquier otra frase similar) no será una forma de anular mis argumentos sino de revalidarlos.

Y pienso seguir diciendo que mi ilusión es tener 6 hijos y dar la vuelta al mundo con ellos. Aunque al final me quede en 2 y lo más que llegue sea a pasar un fin de semana en París. De ilusiones también se vive, y por ellas y para ellas.
Y sí, para mí, tener 6 hijos es mucho más bonito, más enriquecedor, muuuy cansado, muy empobrecedor económicamente hablando y muchas más cosas, pero si es mi vocación pues intentaré seguirla hasta donde pueda.
Todo el mundo me decía que me esperara a tener uno para ver lo que era, que se me iban a pasar las ganas de tener hasta el segundo y ha sido más bien al revés. Y os aseguro que no me ha tocado el niño trampa, ese tan bueno que no te enteras de que lo has tenido…
Bueno y a lo que iba, seguiré siendo una idealista y más aún en la educación de mis hijos aunque desde ya, con 23 meses, siento que he claudicado en algunas cosas. Porque vivimos en sociedad, porque no soy la única responsable de este niño… -escribe aqui tu excusa–  porque me ha entrado miedo. 
Este verano, aunque una amiga piense que estoy obsesionada con los colegios, no es eso, es que 9 de cada 10 por no decir 10 de 10 personas con las que me he encontrado me han hecho las siguientes preguntas. En este orden:
– Qué edad tiene? Ah, está muy espabilado, no? 
– Va a la guarde? Noooo??? 
– Y este año tampoco??
– Y a qué cole lo vais a llevar?

Y ahi ya es donde…
O estamos entre x, x o y o si me quedaba un rato hablando con esa persona y para hablar de otra cosa hablo de eso, preparate.
«Pues por mí no lo llevaría al cole, no te digo nunca pero al menos hasta los 6 años fijo».

 Que no es que tenga nada en contra de los colegios, sólo que tampoco veo la necesidad (aclarando que por mis horarios de trabajo, a mí el cole no me resuelve nada)

Y luego no lo llevaría a un cole convencional, me gustaría para ellos esa educación alternativa, tan nombrada últimamente, sin tantos libros, tantas normas, tantos deberes, tanta competitividad… desde que tienen 3 años!
Y también  puedo escribir aquí mi excusa,  Pero claro, en Córdoba…
Y otra vez sería miedo. Porque sí hay cosas, hay iniciativas, intentos pequeñitos de gente que piensa igual.
Pero como dice @elhombremásguapodelmundo mi hijo no es un banco de pruebas.
Y sí, es cierto que:

El que no se arriesga no gana;
La vida es de los valientes;
Siempre tiene que haber una primera persona que haga algo;

Y asi miles de frases de libros de autoayuda, en las que creemos… hasta q nos toca cumplirlas.
Y aquí además no soy ya la que me arriesgo, aqui hago que se arriesgue un niño ¡de 20 meses! al tomar una decision por él. Como tantas otras que tomamos al cabo del dia, está claro.
Pero me entra el Miedo. Un miedo mucho más grande que si fuera yo la que me arriesgara, un miedo que no sé si soy capaz de asumir aún a pesar de tener que renunciar a alguna de esas utopías…
Porque al final, con mucho padres de los que hemos hablado, la charla ha sido muy similiar; empezamos nombrando los 2 o 3 colegios más o menos convencionales, más o menos comunes en nuestro círculo y los mismos argumentos de siempre para cada uno. Pero, ¿y cuando te sales? Y cuando dices que ninguno de esos te gusta porque no te gusta, yo que sé, esa manera de llevar a los niños con la lengua fuera, ese correr? Ese, como decía un amigo, meterlos a todos en la misma autopista, ponerles vallas opacas a los lados porque a los lados no hay nada y empezar a empujar?
¿Y cuando dices que eso no te gusta, que no crees que realmente sea lo mejor para ellos pero que tampoco crees que sea lo que la sociedad necesita?
Que hablamos que un cole nos gusta más porque saca mejores medias en selectividad, pero ¿eso es de verdad lo que busco para un hijo que es un bebé aún?

Y si mi hijo tiene un don (soy de las convencidas de que todo el mundo tenemos uno, que a todos hay algo que nos apasiona, se nos da bien y por lo que no nos importaría pasarnos muchas noches sin dormir) para pintar, para el dibujo, para la música, para los videojuegos, para los deportes, para cualquier cosa que no se mida en selectividad? ¿Entonces qué? ¿Tooodo el dia diciéndole que no a eso porque «hay que aprovechar el tiempo para estudiar»?


Y es que este padre tenía 3 hijos y resulta que los dones de los 3, ninguno eran de los que se potencian en el cole. Y que tiene que estar tooodo el dia diciendo deja de cuando ve que el niño disfruta, que se le da bien, que es algo positivo. Pero no, ponte mejor a hacer quebrados que hay que llegar al curso que viene preparado. Más preparado que los demás si se puede.

¿¿Y PARA QUE??
Después de estas reflexiones, ya se han dejado de barajar esos 3 coles más típicos y pasamos a la siguente frase:

Si, pero no hay colegios que sean así.

Los hay. Nos gustarán más o menos, los tendremos más o menos cerca, serán más caros-hippies-elitistas-diferentes o lo que sea, pero los hay.

Elimina la excusa de que no existen.

Deja de culpar la sociedad de que lo único que nos ofrece es lo otro.

Y por qué no lo llevas allí?
Pues porque SOY UNA MIEDICA.

 

Categorías
Unaporuna

Wish List de Octubre…

Más que una Wish List podría llamarlo…Presents List! O lista de cosas que me he auto regalado, me voy a auto regalar o se las voy a regalar a alguien…En un futuro muy próximo! 🙂

1. 

Los calcetines de niños de moda. Ya están encargados para Carlitos, porque cuando estuve en Madrid la semana pasada estaban agotados. Son de la marca OH! My mum y es una firma japonesa.

2.

 
Cartera de mano color mostaza. Un must para esta temporada. El viernes lo recibí en casa y es más bonito aún al natural, que en a foto. Es de ZARA.
 
3.
 
Este collar de OMI TOUCH. Casualmente la chica que los hace vive dos pisos más arriba, así que en cuanto pueda solo tengo que coger el ascensor…y será mio 🙂
 
4.
Creo que el complemento que más me gusta son los anillos. Me chiflan y tengo un montón. Este finito en forma de espiral de OUI PETIT, es mi próximo fichaje.
 
5.
    

No suelo leer libros. Pero si el título me gusta y la portada es bonita siempre los compro, aunque sea para colocarlos en casa 🙂 Éste además de ponerlo en un lugar visible, es de lectura obligatoria!

Y vosotras…algún imprescindible para este Otoño?
Categorías
Ñam Ñam Unaporuna

Dos formas de hacer -y comer- MERMELADA DE CIRUELA

Ahora que aún es tiempo de recoger algunas frutas os vamos a contar un plan que nos encanta y que posiblemente repitamos este fin de semana si el tiempo (y Martín) lo permiten; se trata de salir a dar un paseo por el campo con nuestra cestita a recoger frutas, semillas, setas o cualquier cosa con la que luego podamos cocinar algo rico:

Esta mermelada la hicimos el año pasado con ciruelas que recogimos de casa de la abuela; tiene un ciruelo pequeñito pero no sabéis cómo cunde, en un ratito cogimos 2 bolsas llenas y antes de que se nos pusieran malas, como no nos daba tiempo a comernoslas todas, decidimos usar las más «pochas» para hacer mermelada,

La receta es bien fácil:
Lo primero es lavar bien la fruta y quitarle los huesos; luego la troceamos (nosotros preferimos no pelarla porque así tiene más fibra… y es más rápido 😉 y
ponemos en un cazo casi la misma cantidad de azúcar que de ciruelas
(700-1000g azúcar por cada kg de fruta) . Se puede rebajar un poquito el
peso de azúcar pero tampoco mucho porque si no sale demasiado líquida.

Nosotros
hicimos 2 mermeladas distintas, una para tostadas y «para regalar», más
espesita y dulce, y otra con bastante menos azúcar (la mitad de azúcar
que de fruta) que usamos para aliñar nuestra ensalada favorita y por eso
nos viene hasta mejor que la consistencia sea más líquida.

Le añadimos el zumo de medio limón y dejamos que se macere durante una hora aprox.
Después
ponemos a cocer a fuego medio durante unos 45 min, removiendo de vez en
cuando, y cuando veamos que tiene la consistencia que nos gusta,
retiramos del fuego y vertemos en los botes (mejor antes de que se
enfríe que luego es más difícil de manejar):

Por último nosotros le pusimos un poco de arpillera, una cintita de homemade y… lista para regalar ;)!

 

o para probar con nuestro pan de molde…


 

 O para comérsela a cucharadas y no dejar ni rastro!

Aunque reconozco que nosotros no somos tan dulceros como para eso…

 A ver qué recolectamos el domingo, ya os contaremos!

Categorías
Unaporuna

Mamá y yo…Nuestro viaje juntas. Más que un viaje, una experiencia.

 

Tenía pendiente escribir este post pero necesitaba algo más de tiempo para hacerlo. No es un post sobre el viaje, de viajes ya hablamos ayer, y realmente el sitio no era «muy bloguero», pero independientemente del sitio, lo importante fue la compañía.

Nunca antes habíamos hecho un viaje ella y yo solas; si pequeñas excursiones a Madrid, a ciudades por algún motivo…pero esta vez, nuestro único motivo era descansar y estar juntas.

Las dos necesitábamos vacaciones. Mi madre no para. Literalmente. Yo muchas veces me enfado porque puede permitirse trabajar menos y parar un poco, pero la realidad es que es imposible. Ella está pendiente de todo y de todos. Muchas veces me pregunto si el día que yo sea madre, lo haré la mitad de bien que lo hace ella. Lo dudo. A ella nunca se le escapa un detalle. Nunca. Qué capacidad para estar pendiente de todo.

Y yo llevaba una época de muchos viajes, aviones y noches fuera. Así que irnos a un destino cerquita, en coche, las dos juntas era la mejor opción.

Nos fuimos al Algarve, y por equivocación mía, cogí un hotel en pleno centro de Albufeira, sin saber el fiestón que había allí por las noches.

El hotel estaba al lado del mar, así que nuestro plan era despertarnos sin ninguna prisa, desayuno lento y tranquilo, y bajarnos a la playa. Descansar, descansar y descansar. Llevábamos muchas horas de sueño acumulado. Dormir y charlar fueron las principales actividades del viaje 🙂

Por las noches, como estábamos tan descansadas, nos dábamos una ducha y salíamos un rato, cuál adolescentes. Digo adolescentes porque en cada bar, nos ofrecían chupitos y no entendían que mi madre pidiese sólo mojitos sin alcohol! De algún otro bar tuvimos que irnos, porque no estábamos para bailar la gozadera y beber jagger mano a mano, jaja. Me río cada vez que me acuerdo, las dos allí en un «antro» con la música a tope, y explicándole a los camareros que nada de chupitos.

Tuvimos mucho tiempo para disfrutar la una de la otra.

Nos hicimos selfies, comimos perritos a las 17h de la tarde, limpieza de pies con el método de los pececillos, que creemos no volver a repetir, escuchamos música en directo, dormimos siestas antes y después de comer y sólo discutimos a la hora de pagar. Ella es un poco pesada y nunca deja que la invitemos. ¿Y hay algo mejor que poder invitar a tus padres?

Desde aquí os animo a todas, que si tenéis la oportunidad lo hagáis, porque el buen sabor de boca, a nosotras, nos durará hasta el año que viene que pensamos repetir.

Categorías
Para perderse Unaporuna

#losmartesconCarlos; Costa Amalfitana I

Como fue una escapadita corta pero muy bien aprovechada, la hemos dividido en varios post para poder ir recomendando alojamientos, sitios para comer, paseos, etc.

Así que hoy la primera parte…

 Esta vez no hubo problemas con el tamaño del equipaje de mano 😉

 y desde luego el trayecto fue muucho más entretenido!

 Como ya os contamos aquí, nuestro hotel no estaba exactamente en la costa así que decidimos alquilar un coche (que ya nos venía bien puesto que volamos a Nápoles) y el primer día salimos a explorar la costa sin un rumbo muy determinado,

 Llegamos hasta la bahía de la Conca dei marini en busca de la Gruta de la Esmeralda, muy recomendada por otros viajeros pero que la verdad, a nosotros nos decepcionó bastante;

una gruta pequeñita que se recorre en barca en menos de 5 minutos y cuyo único atractivo son un poco los juegos de colores que provoca la luz del sol al filtarse por un agujero en la piedra.

 Vamos que lo que más nos gustó fueron las vistas desde arriba del ascensor!
Después dimos la vuelta para regresar a Amalfi donde hicimos una parada al borde del mar, justo debajo de Il Convento, el hotel donde nos habría gustado alojarnos,

para probar un poco de gastronomía típica 🙂

 Otra de las ventajas de viajar con niños a Italia es que en las comidas
aciertas seguro, y eso que Carlos come realmente bien pero la cara de
felicidad cada vez que veía pasta, pizza o helaitos

 Por la tarde un ratito de playa,

 casi todas a las que fuimos eran playas de piedras que al principio no le convencian mucho pero la verdad es que el agua estaba limpísimas y muy muy transparente y era un gustazo ver todo el fondo,

Nos dimos unos baños estupendos!

 Cuando pasó un poco el calor dimos un paseo por Amalfi que, además de lo bonito que resulta verlo desde el mar, lo más interesante son el Duomo y el claustro adyacente. El resto, pasear y pasear por sus callejuelas,

 (si puede ser sin carrito!)

Y asomarse a los distintos miradores a ver cómo van volviendo las barquitas al atardecer:

 A la vuelta paramos a cenar en Ravello y creo que fue lo que más nos sorprendió del día;

 Un pueblo encantador, un concierto de música clásica en los jardines de la Villa Rufolo,

 

unas vistas preciosas y otro hotel recomendable, Hotel Caruso 😉


La verdad es que después de todo eso no me extraña que acabáramos así:

El próximo día más recomendaciones!